Seño Isa, nos distes alas para volar, encendiste la llama
de la sabiduría en nosotros. Nos has querido y agradecemos tus desvelos, tu
cariño, tu buen hacer.
Nos iluminaste la senda de la vida, con ilusión y cariño.
Nosotros, tus pollitos, agradecemos lo que has hecho por nosotros, siempre te
llevaremos en nuestro corazón; sembraste la semilla de la ilusión, del trabajo
bien hecho. No es fácil ser maestro, y tú lo has sabido ser maravillosamente bien. Has sido nuestra
segunda madre, somos tu obra y creemos que nos has modelado bien. Nuestro
primer maestro siempre deja un recuerdo inolvidable y tú nos has dejado el
corazón marcado para siempre. Disfruta esta merecida jubilación, después del
trabajo bien hecho que has desarrollado en tu vida profesional. Gracias, seño
Isa, te queremos.
PRECIOSAS LAS FOTOS, PERO MAS PRECIOSOS AUN LOS RECUERDOS QUE DEJASTES EN NOSOTROS.
ResponderEliminarUN FUERTE ABRAZO.